(AW) Agencia Walsh, durante la noche más fría del año, al tiempo que muchos prendías sus estufas, entrevistó a un indigente, quien sufre sus noches en alguna esquina y contó el dolor que vive, no solo con el frío, sino con las miradas de abandono.
Buenos Aires, 29 de mayo de 2008 (Agencia Walsh). Era el partido de Boca o alguna película aburrida en la tele. Pero en la esquina de Bolivar y Humberto 1º, Juán Suárez se acomodaba para dormir. Con cada respuesta, demuestra que sabe de lo que habla, que es conciente. Sus abrigos eran una bolsa de nylon y una campera de jean. Sus sensaciones, estas:
¿Cuánto hace que pasas tus noches así?
Años. Trabajos golondrina, pocas posibilidades. Quizás es raro escucharlo, pero de un día para el otro te podes quedar en la calle. Cuando tu familia ya no te puede mantener, los estudios no te alcanzan para ser lo que querés hacer, y la famosa plata no está, llega la noche y… en la comisaría no te dejan dormir. Tengo que decir que tuve la suerte de no tener hijos ni esposa, si no estarían sufriendo como yo.
¿El Estado te dio alguna posibilidad?
No, el estado no te da casa, tampoco trabajo ni ninguna posibilidad. Muchas veces, desesperado e ido a casa de gobierno, a pedir ayuda, a contar de mi situación, y a proponerles que estoy dispuesto a trabajar, de lo que sea. Pero, imaginate no me dejan ni entrar.
¿Qué te dicen cuando vas a buscar trabajo?
No te toman. Estoy sucio, muchas veces con las monedas que junto, solo me compro vino, y veo que la gente me pasa por al lado, y si tengo la suerte de que me miren lo hacen con asco, la mayoría me ignora, sigue pensando en su rutina. Que no está mal, pero creo que si ves a una persona tirada en la calle, sucia y sin futuro como estoy yo, algo te tiene que provocar. Yo hoy, estoy muerto de frío, pero que puedo hacer? Más que juntar algo para taparme y dormir, esperando el sol. El otro día, pasando por la peatonal florida, vi a un pibe, de no más de 10 años, descalzo tapandose las manos con las piernas, llorando, viendo a la gente pasar y llorando.
¿Pasaste por esa etapa?
Si, no podía creer que las personas no me den ni su mirada, y lloraba, me desesperaba. Pero me rendí. Espero que pase algo, estoy como preso, pero “libre”.
Su dolor parece cosa del pasado, pero su mirada está oscura, con resentimiento. Esperando que su vida tome algún rumbo, que lo lleve por un mejor camino. Se dio cuenta, que las miles de personas que le pasan al lado diariamente, no lo van a llevar por ese camino, si no que espera encontrarlo solo. Ojalá le demostremos que estaba equivocado.
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