El kirchnerismo avanza a convertirse en una nueva frustración de la sociedad argentina. Si alguien depositó esperanzas en él ya es hora de irlas retirando: el capital concentrado del campo, la industria y la burocracia sindical junto al Partido Justicialista siguen gobernando. La fórmula es sencilla: negocio razonable y el compromiso de mantener disciplinados a los trabajadores. El gobierno iniciado en 2003 (aunque el camino ya lo había marcado Duhalde) cumplió el rol histórico que debía cumplir: recomponer la hegemonía de la clase dominante en base a recuperar el papel del Estado como dirección política del proceso de acumulación.
Según el plan orientado por la idea del “Pacto social” y la “Argentina del bicentenario”, el salario real era una variable anclada al diseño racional del futuro. Se trataba de poner un techo salarial según niveles similares a los de 1998 y contener legal y policialmente la organización y reclamo de los trabajadores. El lock-out agropecuario y el desplante de la UIA cambió los planes del gobierno, entonces el estancamiento del salario real encontrará sus culpables (los productores agropecuarios y, extrañamente, algunos medios de comunicación), mientras que lo más importante de la “burguesía nacional” sigue regocijada con el juego de la sobreexplotación y de la remarcación desaforada (que nos recuerda que ésta cumple con su identidad argentina de recibir subsidios altos y devolver precios más altos). Sea uno u otro el camino elegido por el gobierno, la cuestión de la inflación y del salario real es sólo un ejemplo de que lo más probable es que las mayorías sociales salgan perdiendo.
Discutir la ‘progresividad’ o no del gobierno, es adaptarse a la extorsión de una situación electoral de ballotage permanente. En vez de aportar ideas, pasión y organización para pelear contra el aumento de la pobreza, la continuidad de la precarización laboral o el desfinancimiento de la salud y educación públicas, se nos sugiere que cada individuo se aísle en su cuarto (muy) oscuro del ballotage. Un grado grosero de conformismo tiene como contrapartida una ridícula “sorpresa” cuando nos volvemos a encaminar a paso firme a ser un país más pobre. Muchos conformistas ahora se sienten más o menos desengañados, mientras que la mayoría de ellos se suma al tren de “frenar a la derecha” quedando contentos con tener a alguien a quien culpar cuando un país cada vez más injusto es gobernado por quienes lo representan, es decir, por quienes representan su conformismo. Lo que aparecían como “concesiones” de aquella misión histórica, hoy son sólo recuerdos para el ingenuo que pide nuevas concesiones creyendo que el “gobierno popular” está para eso. Pero el gobierno (el realmente existente, no el de esas fantasías), una vez cumplida su tarea no tiene más interés que sostenerse a sí mismo y a los pilares que dejará como herencia. Más aún, cumplida su misión histórica se encuentra debilitado en un mar de dudas que es producto de su éxito.
El recuerdo del abismo económico de 2001 no es excusa para sostener lo existente: sin soberanía alimentaria, energética y económica y con los monopolios controlando todos los resortes del estado y la economía se avecina una nueva crisis. La pobreza y la indigencia luego de un descanso en su ascenso, vuelven a las andadas. Si pese a un contexto favorable y un crecimiento económico excepcional nos encontramos en un país injusto, de pobreza creciente, de salarios bajos, de servicios públicos colapsados y de educación y salud públicas haraposas, lo que viene a partir de ahora no promete ser sino aún peor. Y por lo que se vislumbra, el camino que el gobierno ofrece para enfrentar la situación en que se hará sentir un crecimiento tendencialmente menor se basa en reforzar sus estrategias de marketing y manipular las fantasías para acostumbrarnos a esta realidad de injusticias.
Para vencer la extorsión del aislamiento individual en el cuarto oscuro es necesario organizarse y poner en relación nuestra práctica con nuestros sueños. La organización sin sueños tiende a ser hoy un cadete de la fenomenal máquina de marketing oficial. Los sueños sin organización nos han llevado a este camino del conformismo por alguna buena noticia. La organización que buscamos es la que permita potenciar y profundizar nuestros sueños, buscando un mundo sin clases y sin amos.
Somos muchos los que asumimos ese desafío, los que seguimos luchando y dando vida a centros culturales, fábricas recuperadas, cooperativas de vivienda y trabajo, sindicatos y cuerpos de delegados combativos, ollas populares, medios de comunicación alternativos, agrupaciones y colectivos. Todos ellos son la expresión de la necesidad y el deseo de transformar la sociedad.
Hoy es imprescindible construir una fuerza capaz de potenciar la lucha de todos aquellos que desde distintas experiencias compartimos los mismos horizontes, una fuerza de izquierda que sin dejar de reconocer su identidad avance en la actualización de conceptos y formas, y que, sobre todo, sea capaz de volver a enamorar a una generación que asuma la tarea histórica de revolucionarlo todo.
La Juve es una apuesta que propone dar un salto hacia delante en materia de organización, desarrollo y construcción política. No es sólo la materialización de la unidad entre la Agrupación Prisma y el Frente Cultural Raymundo Gleyzer: es hacernos cargo de un espacio que, con métodos profundamente democráticos, jamás pierda de vista el objetivo estratégico; es plantear en cada rincón donde podamos una idea que se reconoce clasista y socialista; es la fuerza que trabaja por dar un marco común a todas las expresiones militantes que tengan vocación de avanzar, con dignidad y sin mezquindades, hacia una gran corriente de izquierda
Esta no es una visión meramente testimonial de cómo creemos que se debe construir en política: es el ritmo que nos impone la militancia cotidiana, que desde el FCRG y PRISMA venimos desarrollando en barrios, facultades y terciarios. Por eso quienes hacemos política desde la cultura, la educación y la comunicación concebimos a La Juve como un espacio de encuentro que potencia estos trabajos y, a la vez, como una invitación a todos los que desde esta misma perspectiva quieran construir una organización con una profunda vocación de poder.
Proyección de "Morir a los 30 años" (Romain Goupail, 1982)
Jueves 22/5 21hs
Facultad de Ciencias Sociales - Marcelo T. de Alvear 2230 aula subsuelo
Facultad de Ciencias Sociales - Marcelo T. de Alvear 2230 aula subsuelo
Antes de Mayo del '68 nada hacía pensar que en un país desarrollado como Francia y en un momento de bonanza económica pudieran darse hechos revolucionarios de semejante envergadura. Mayo del '68 produjo una transformación de las formas organizativas a nivel mundial e inauguró la era del poder estudiantil donde la juventud aparecía como un factor social y político de importancia.
En este documental se refleja la historia de una generación con un profundo compromiso político y militante, que era realista: exigía lo imposible.
En este documental se refleja la historia de una generación con un profundo compromiso político y militante, que era realista: exigía lo imposible.
Invita: Agrupación PRISMA
(AGRUPACION PRISMA - FC RAYMUNDO GLEYZER) EN LA JUVE
http://es.geocities.com/agrupacionprisma
(AGRUPACION PRISMA - FC RAYMUNDO GLEYZER) EN LA JUVE
http://es.geocities.com/agrupacionprisma
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