miércoles, 7 de enero de 2009

Cromañón-"Somos un movimiento inclasificable"

Silvia Bignami, mamá de Julián Rozengardt, integrante de Memoria y Justicia por Nuestros Pibes

¿Qué aspectos salientes tienen estos cuatro años?

Fueron cuatro años de montones de cosas. Primero hubo como una intuición de la responsabilidad estatal y empresarial, fue casi instantáneo en gran parte del Movimiento. Y a partir de ahí, entre nosotros, me refiero a familiares, amigos y sobrevivientes, de tener una necesidad de juntarse. Otro aspecto fue la constante de una de cal y una de arena. A varios intentos de que se hiciera justicia fueron acompañados de golpes que te tiran para abajo.

¿Por caso?

La destitución y luego que Ibarra subiera, cercano a un 30 la libertad de Chabán, cercano a un 30 el sobreseimiento de Ibarra, cercano a este 30 el sobreseimiento de Levy y el de Ibarra, en la segunda causa que es la de la emergencia.

-¿Tenés expectativas reales en se materialice justicia en este juicio?

-Nosotros peleamos mucho por este juicio, y estuvo corriendo peligro de que no se realizara. Lo que el juicio puede lograr es amplificar ante la sociedad todo lo que ya sabemos. Es verdad, no está sentado el principal responsable allí, pero me parece importante que alguien esté sentado, que alguien tenga que dar cuentas, que alguien tenga que volver sobre los hechos. Creo que es una herramienta más.

- ¿Cómo armarías tu pirámide de responsables?

-En un triangulo invertido, arriba, ubico al gobierno de la Ciudad, no solo por lo que no hizo en la emergencia, sino por lo que hizo por la corrupción. Junto a él, el gobierno nacional, no solo por el encubrimiento posterior, sino por la actuación de bomberos y policías que dependían en ese momento de Aníbal Fernández. Después Chabán, bomberos y policías y no me refiero al último perejil, sino a los jefes, y el vértice más pequeño de la pirámide ubico al grupo Callejeros, una responsabilidad que tiene que ver con "no me importa mi público, me cago en todo".

Macri afirmó que había se abriría la calle Mitre, donde está el Santuario…

-La calle Mitre continúa cerrada como un piquete de los chicos en nuestra búsqueda de justicia. Creo que es una bravata de Macri. Y más allá de la calle, ¿por qué no se calienta un poco más por lo que ocurre en la manzana: el taller clandestino dentro de Cromañón, y el prostíbulo a la vuelta, todo de los mismos dueños?, esto tiene que ver con la ideología de este hombre y con lo que él piensa de los espacios públicos.

-¿De qué modo imaginás el devenir de esta lucha?

Mirá, nosotros vamos más bien paso a paso haciendo un camino. Somos un movimiento raro, más afectivo que político, difícil de encasillar en algún lado. No tenemos más remedio que estar unidos y eso realimenta todo el tiempo la necesidad de consenso. Es una lucha que nos enseña. El nivel de representatividad no se mide tal vez como se mide en el Congreso de la Nación, que uno representa a tantos miles. Acá se mide por el sentido que tengan las decisiones que se tomen, hay muchos papás que no están en ningún grupo. O que están en la querella de alguien, pero su querella no coincide con su grupo. Muchos de esos papás, o vienen sueltos a la articulación y hablan solo por ellos, o no vienen pero en general respetan las decisiones que se toman. Somos un movimiento inclasificable.

-¿Por qué evaluás que no están todos que debieran estar, con el compromiso que debieran estar: partidos de izquierda, organismos, etc.?

-En parte en esto tiene una directa responsabilidad la construcción subjetiva que realiza este gobierno llamado "de los derechos humanos". Con esto no quiero decir que quienes no están, están a favor del gobierno. Quiero decir que un gobierno que no se presenta como la derecha, aparece complicado en una masacre. Y al mismo tiempo utilizando la voz de los desaparecidos en la dictadura para legitimarse. Si Cromañón hubiese ocurrido bajo el gobierno de Macri, se incendiaba la ciudad, pero como sucedió cuando gobernaba el "progresista" Ibarra, tiene mucho que ver en la representación. Y lo otro es que nosotros somos inclasificables, nuestros pibes no eran de un grupo político, sino que seguían a un grupo musical, entonces, ¿en qué casilla nos ponen? Y por otra la, una parte de la izquierda estuvo en contra de que nosotros fuéramos institucionales para destituir a Ibarra, porque les parecía que el juicio político es una institución burguesa. Y otros nos acusan de violentos. Y esta confusión produce parálisis. Porque no puede ser por el hecho en sí, el hecho es evidente. Tiene que ser otra cosa, a nivel de la subjetividad. Yo se lo cuento a un turista acá en la Plaza, todos los turistas lo entienden. Y a veces, es la gente de acá la que no lo entiende.

O.C.
Agencia Walsh

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