Buenos Aires (AW). Después de enviar la patota, la patronal del Casino flotante de Buenos Aires no cesó en su intento de terminar con la organización de los trabajadores y envió unos sesenta telegramas de despidos. La casa de juegos, cuya concesión recayó en el empresario K Cristóbal López debería reabrir mañana sus puertas tras la agresión sufrida por los empleados el 9 de noviembre.
La patronal del Casino flotante no cesa en su intento de romper la organización de los trabajadores. Por eso no dudó en enviar en las últimas horas unos 60 telegramas de despidos.
La nueva provocación del empresario K Cristóbal López, cuya fortuna creció a partir de los años noventa de la mano del matrimonio Kirchner, no hace más que reavivar un conflicto que había comenzado a discutirse en los últimos días en el Ministerio de Trabajo.
Esta tarde los trabajadores iban a marchar desde el Parque Lezama, en el Barrio de La Boca, hacia el barco ubicado en la Costanera Sur junto a un conjunto de organizaciones populares, pero todo se suspendió tras la llegada de los primeros telegramas.
Las notas de despidos tienen como agravante que fueron enviadas a trabajadores que tenían parte de enfermo. “Fueron enviadas en forma discriminada”, manifestó a la Agencia Walsh uno de los empleados que recibió la notificación durante las primeras horas de la mañana.
Los representantes de los empleados nucleados en el Sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar, Entretenimiento y Recreación concurrieron hoy al Ministerio de Trabajo para denunciar los despidos indiscriminados.
Ante la insoportable situación, la cartera laboral convocó para el lunes 19, a partir de las 17, a las partes para discutir la decisión de la empresa de dejar en la calle a más de 50 trabajadores. Hasta esta noche, no había sido convocado para el encuentro el SOMU, organización vinculada a la patronal y parte de la patota que agredió a los obreros el 9 de noviembre.
A la espera de la reunión del próximo lunes, los trabajadores se presentarán mañana a partir de las 14 en el Casino, hora en que la jueza María Romilda Servini de Cubría ordenaría la reapertura de la sala de juegos.
Los delegados adelantaron que en caso de que no se les permita el ingreso al barco declararán un paro por tiempo indeterminado. Resta saber hasta dónde querrá llegar la patronal de Cristóbal López.
Servini de Cubría clausuró el Casino el viernes pasado, luego del ataque de la patota sindical en momentos que los trabajadores realizaban una asamblea informativa. Repentinamente un grupo de dirigentes y seguidores del SOMU, agredió a los compañeros y compañeras. Todo esto bajo la atenta mirada de la prefectura. Los marítimos que se lanzaron con violencia hacia los empleados, profirieron gritos coercitivos “poniendo sobreaviso” a que pasarían al gremio de los marítimos. Hoy, los trabajadores pertenecen a ALEARA (Sindicato del Juego), y no quieren dejarlo.
Las agresiones y los despidos se dieron en el marco de un reclamo laboral a la empresa, con el objetivo de cambiar el eje de discusión en momentos donde se está negociando la reducción de la jornada laboral a 6 horas, entre otros reivindicaciones laborales.
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