La Ciudad de Buenos Aires dejó de tener Boletín Oficial (BO) impreso. Desde agosto, la publicidad de las normas pueden chequearse sólo por internet, y en caso de necesitar una copia, su impresión particular tiene valor jurídico, sin necesidad de ser certificada. De esta manera, en vez de gastar unos 75.000 pesos diarios sólo en la impresión de unos pocos 3.000 ejemplares (incompletos, además, porque sólo se imprimían unas 100 páginas cada vez), el Gobierno de la Ciudad gasta ahora unos 2.500 en la impresión de sólo 40 ejemplares (de 250 páginas) para distribuir en los organismos oficiales. El resto puede ser chequeado e impreso por quien lo necesite, sin gasto alguno y con el valor jurídico necesario para cualquier trámite en un juzgado. “El beneficio es enorme en cuanto a lo operativo, pero el objetivo primordial es la transparencia en la transmisión de la información oficial. Ahora es más eficaz, más rápido y más fácil el acceso a la información pública”, destaca Raúl Abalos Gorostiaga, director General de Legal y Técnica.
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