viernes, 26 de diciembre de 2008

Entrevista a la rectora del Mariano Acosta, sumariada por manguerear con agua cristalina

La pasión según Raquel

Foto: www.noticiasurbanas.com.ar

El ex camarada Narodowski, actual ministro de Educación de Macri, emprendió junto a su jefe una cruzada contra Raquel Papalardo. La defensa de la enseñanza pública, su negativa a entregar una lista de alumnos que tomaron el colegio ante el incumplimiento del Gobierno de la Ciudad y la falta de obsecuencia a la gestión macrista, son los motivos reales de una persecución que tuvo en la comunidad educativa y en la sociedad una cerrada defensa de la docente.


"Moral y autoridad", reclamó el ministro de Educación porteño Mariano Narodowski a Raquel Papalardo, rectora del colegio Mariano Acosta quien fue filmada, en la despedida de 5º año, cuando mojaba a sus alumnos con una manguera en una fiesta donde se divertían todos.

Para reclamar "Moral y Autoridad" habría que empezar por tenerlas. Y Narodowski, reconocido hijo putativo de la educación pública, carece de una y también de la otra. Este ex camarada, militaba en el Partido Comunista donde desafinaba "Hasta siempre comandante", en honor a Guevara, y, a la vez, las canciones de la España Republicana que entona la izquierda en el planeta. Luego, sin problemas de conciencia, se deslizó hacía la ultraderecha neoliberal encabezada por Mauricio Macri. Personaje, hoy jefe de Gobierno, integrante de uno de los grupos económicos que multiplicó sus riquezas con la sangre de los desaparecidos en la última dictadura, y que –por caso- refundió el Correo Nacional, entre innumerables negociados impunes.

Macri y Narodowski están obsesionados en su cruzada contra Papalardo, pero quizá por tanto empeño olvidaron que la legitimidad de lo sembrado por hombres y mujeres anónimos, en ocasiones, estalla en una encomiable cosecha.

A rectora del Acosta la defendieron los alumnos de la escuela, también los de otros colegios y profesorados, los padres, el gremio, vecinos que se acercaron a darle fuerza, periodistas que terminaron ironizando sobre la torpeza del ministro y de su jefe, programas humorísticos como el de Petinato, desconocidos que la impulsaron a que "nunca deje la manguera", al tiempo que su caso ganó la tapa de todos los diarios, con clarísimos dividendos a favor. Pregunta el ex camarada Narodowski: ¿Nada de esto le indica que esta persona tiene autoridad y moral, además de gozar de un inmenso afecto de la comunidad? Pareciera que no, porque los sumarios siguen su marcha, al tiempo que se inventan mentiras y se tejen las componendas para sacarla de su puesto.

En su departamento cálido del barrio de Once, Papalardo recibió a la Agencia Walsh. Allí, mate-jarrito en mano, ella no pierde el humor que se reparte veloz entre su sonrisa y sus ojos. Tras una gestualidad sin vehemencias, algo sin embargo la exhibe como alguien de compacta fortaleza, dispuesta a enfrentar los vendavales en los que se le ha obstinado la vida. En menos de un año ella perdió a su marido, su madre y tres familiares más. En el mismo tiempo, lleva cuatro sumarios por defender la educación pública, marchar junto a padres y alumnos y negarse a entregar la lista de nombres de los pibes que se hallaban tomando el Acosta en reclamo de unas becas que aún hoy no terminan de llegar, sin que Nadorowski y Macri expliquen por qué. El Acosta es un colegio peculiar, debido al frío y a los funcionarios hay una zona –aulas incluidas- que todos nombran Siberia, y otro sector más helado aún que, como corresponde, se apoda Transiberia. Nadorowski y Macri nada hicieron a respecto. Qué maravilloso cuentazo podría escribir Julio Cortazar, ex alumno del colegio, ¿no? Ah, el último sumario a Papalardo, claro está, se originó cuando la sorprendieron con la manguera en la mano.
-¿Sus docentes jugaban con usted?

-No, eso no existía antes. Había una distancia importante.
-¿Cómo estuvo signada tu relación con este gobierno de la ciudad?

En principio parecía una relación común. Los problemas empezaron cuando sobrevino la toma de la Escuela porque el Gobierno de la Ciudad no enviaba todas las becas que correspondían al Acosta. Los chicos habían ido a hablar a Becas, organismo que pertenece a la Ciudad, a preguntar por qué no le habían dado todas las becas, si había algún problema, ellos trataron de hablarlo antes de decidir la toma de la Escuela. Un día, a fines de julio, nos dicen que llegaron las becas y resultó que habían enviado un cincuenta por ciento de ellas. Los chicos esperaron al referente de Becas que habían prometido venir el lunes, no vino y el martes decidieron tomar la Escuela. Yo me había quedado hasta las 20:00 en la Escuela, llegó acá a las 20:30 y me llama el ministro al celular y me dice: "Raquel, no vuelvas a la Escuela, yo voy a hacer la denuncia penal y además voy a mandar una fiscal con la fuerza pública.
-Para desalojarlos a palos y gases, cuanto menos…

-Exactamente. Yo no quería que nada de eso sucediera. Me reuní con los chicos y les dije haber si podíamos acordar un diálogo con el ministro. Los chicos se reunieron en asamblea y dijeron que no iban a dialogar con el ministro hasta que no les dieran las becas. Yo volví casi a la medianoche, y regresé al otro día, muy a pesar de que el ministro me había dicho que no vaya.
¿O sea la sacaba de funciones?

Así es, porque era un espacio, en su interpretación, "usurpado" por los alumnos y yo tenía parte de la responsabilidad. No obstante fui el martes y el jueves. Me llamaron del Ministerio, hablé con director general de Educación, en ese entonces Rodríguez, y él me dijo que me tratara de ir de la Escuela porque si no iba a ser copartícipe de la toma. Y me pidieron que haga una lista de alumnos que participaban de la medida. Yo me negué absolutamente. No hice ninguna lista de nada. Y el viernes llegué a la Escuela cuando ya había finalizado la toma. Ahí nace la cuestión. Y ahí tuve un presumario.


-¿Cuál es el fondo de la cuestión de la persecución que sufre por parte del gobierno?

-Hay una intencionalidad que tiene que ver con que yo he ido a las marchas, he luchado por la escuela pública, he defendido los derechos de los alumnos. En cierta ocasión, vinieron de la Unidad de Apoyo Proyecto Escuela (Uape) y me dijeron que ellos venían a revitalizar el rol docente y a bajarle los decibeles al Centro de Estudiantes del Mariano Acosta (Cesma). Este organismo tomó como eje el tema de la disciplina: disciplinar a los alumnos, a los docentes, a los equipos de conducción, a la rectora. Entonces a aquel que no se disciplina en su ideología, que no es obsecuente, tiene un problema. Ahí está la cuestión.
-¿Qué diagnóstico hace de la Educación Pública concretamente en su Escuela?

-Lo que yo veo en mi Escuela es que estamos en una situación desastrosa, No ha habido una mejora en lo edilicio, hay baños clausurados, baños que se le caen los azulejos, los tableros eléctricos tienen problemas de seguridad. Un grupo de padres ha conformado lo que se llama la Comisión Técnica, está integrada por arquitectos, ingenieros expertos en seguridad y otros oficios, y ellos han relevado unos doscientos ítems que faltan solucionar, casi todos de seguridad, y solo cuatro se terminaron.
¿Y las famosas becas que faltaban, cuando llegaron?

Todas, todas, no llegaron nunca, luego del cincuenta por ciento en julio llegó un 20 o 25 por ciento más, y en noviembre.
¿Cual es la composición social de los alumnos del Acosta?

Es muy heterogénea. No vas a encontrar chicos de un alto poder adquisitivo, pero si vas tener chicos hijos de profesionales, de clase media, de trabajadores y chicos que vienen de niveles socioeconómicos bajos, de la villa. Tenemos una chica de la villa que se recibió y toca el violonchelo, que se ha superado enormemente y la escuela jugó un papel en su desarrollo. Esto te habla de la heterogeneidad. Nosotros somos una escuela singular, ningún chico queda afuera, todo chico que repite tiene su vacante. Yo intento que los docentes retengan a los chicos, pero no porque sí. Sino para su formación y crecimiento. Lo que pasa es que esta es una escuela sumamente pensante, sumamente argumentativa, tiene una particularidad, que es el trabajo en libertad. Acá no hay chicos que vienen y repiten una lección, sino que el tienen la posibilidad de pensar, de crear, porque el docente que aquí no permite esto, tiene problemas y las cosas que logramos con esta forma de enseñar son fantásticas.
-¿Es común que los rectores se movilicen con padres y alumnos por los reclamos?

-Mirá, acá se moviliza toda la comunidad educativa y yo formo parte de ella y no estoy al lado de ningún gobierno de turno. Y esto a veces es difícil que mucha gente lo realice, cuando vos sos rector de una escuela, muchas veces sabés que tenés la supervisión encima, y entonces no te ponés al lado de la comunidad. Esto es el nudo de la cuestión. Ellos hubiesen querido una rectora que acompañe la gestión del jefe de Gobierno de un modo obsecuente y no lo lograron conmigo. Por eso, ahora buscan la forma de separarme. Y una cosa muy fea es que el ministro de Educación, con este hecho de la manguera, en lugar de llamarme a su despacho y decirme "usted cometió una irregularidad" o algo por el estilo, mandó a los medios el video, yo no sabía que iban a hacer conmigo y me enteré por los medios que la rectora de Mariano Acosta iba a ser sacada de su cargo.
-¿Qué sintió al recibir tanta solidaridad?

-Mi mayor fortaleza son mis alumnos y ex alumnos, vos vas a ver ahí las flores que ellos me enviaron de otros profesorados, mails, mensajes de textos, qué se yo. La comunidad, los padres, el gremio, gente desconocida, los periodistas, me parecen maravilloso el apoyo recibido, pero lo que da fe de mi trabajo de 32 años, el juez mas exacto son los chicos. Y es el claro ejemplo que uno ha trabajado con ética, sino no hubiera tenido esta respuesta de amor y solidaridad. Yo se que cometí errores, que tuve discusiones, imaginate, a lo largo de 32 años, no soy perfecta. Pero a la hora de cerrar las cosas, para mí 32 años de tarea docente y tener el apoyo de mis alumnos, y de toda la comunidad educativa, de una parte de la sociedad, es lo más gratificante que podía pedir que me pasara. Y ni qué hablar de los docentes, ellos saben que hoy me toca a mi y mañana a vos.
-El ministro cuestiono su autoridad sobre los alumnos, ¿cómo la construye?

-Con el trabajo diario. Yo tendría que estar cinco horas y a veces estoy diez, he ido a trabajar sábados, domingos, recorro el colegio, me vienen a saludar, estoy para lo que sea, trato de resolver los padres y lo hago porque creo que estamos al servicio de los alumnos y de los padres. No creo ejercer mejor mi autoridad a los gritos y poniéndome lejos de mis alumnos.
¿Por qué tomó la manguera en la despedida?

-Los chicos estaban jugando con harina huevo, y un grupo estaba tomando cerveza en la calle, y yo le dije que entraran que podían celebrar la despedida en el patio, no querían que estuvieran en la calle tomando alcohol. Acordamos que no iban a ensuciar adentro, en las aulas. Entonces les dije: "chicos, tienen que dejar el patio limpio". Y bueno, empezaron con la canilla, pero luego descubrieron la manguera de los bomberos y comenzaron a mojarse con la ella. Cuando vi que ya se habían mojado me acerco y les pido la manguera y los mojé, nos reímos, me abrazaron, me hicieron saltar, me mojaron un poco. Y yo estaba contenta porque disfruto con ellos, no sirvo para estar allá en el bronce.
-¿Qué idea, que concepto les reitera más?

-Qué tengan libertad para elegir y que pongan toda la pasión de la que son capaces para hacer lo que eligieron. Creo que eso es importante: para generar otro tipo de vínculos, más bellos, más nobles, más solidarios, tenés que entregar sin reservas, toda tu pasión.

Por: Oscar Castelnovo Agencia Rodolfo Walsh

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